Pues
le digo a usted que me llegan las ganas de aporrear y desbaratarlo todo, que no
me puedo contener, que sabés cómo es esto de las ansias, que le tiemblan a uno
las piernas y se le van poniendo duros los brazos y suda y presiente el dolor
antes de irse a los golpes contra la primera puerta, vos lo sabés muy bien, que
te soba las pelotas y se te suben a la garganta, y que no ves la forma de
escupirlas porque las tenés atoradas en el cogote, y cuando pasa estás fregado
porque te paralizas y sentís que tenés que hacer algo para matar la angustia…
-Y
¿qué hace usted para matar la angustia?
…tomar
el estropajo y fregar, fregar y hacer espuma por toda la cocina, que cuando mi
mujer asoma y ve la espuma sabe que es mejor salir y los platos a veces se
rompen, pero lo sabés muy bien que siempre uno los paga y me tiemblan las
piernas sin parar y las pelotas como que quieren salírseme del cogote, y
entonces es tallar y hacer espumas y preparar más jabonadura y sacar los
cacharros limpios y lavar y acomodarlos por ahí hasta sentir que la pelota uno
empieza a correrse de nuevo hacia la tráquea: respiro mejor, pero vos sabés
bien que son dos y que la pelota dos no se ha ido, que podés escupirla y
perderla para siempre porque se puede ir rodando calle abajo o esconderse en
una alcantarilla…
-Pero
¿tiene usted idea de lo que me está diciendo?
…buscándola
por todas las madrigueras de ratones y sentir que las fuerzas te van abandonando:
hay que ser muy pelotudo para sobrevivir con una sola. La espuma invade la
cocina, la desborda; entonces el riesgo aumenta porque ya no va a aparecer y
los ojos empiezan a picar y uno se rasca y siente que la sobreviviente sube de
nuevo y ahí, en el dilema de arriesgarse a perder la una por conservar ambas,
las piernas se me hacen gelatina, porque las fuerzas te abandonan, ché y no
sabés si va a valer la pena el riesgo además que la espuma se va haciendo más
densa y ya no podés respirar, porque la bola en el cogote y la espuma en las
narices… ¿vós no respirás por el culo, sí?
-Debería
saber que la abundancia de la espuma es un símbolo de sus angustias. Magnifica
usted las cosas, las sobredimensiona. ¿Ha tenido algún problema últimamente?
Pero
sós boludo… ¿y qué crees que estoy contando aquí? Que se me suben las pelotas,
que cuando las tenga aquí, vós sabrás…
-Hace
usted muy mal el argentino. ¿No se ha dado cuenta de…
Lo
sé muy bien, soy un mal paciente, hago cosas que yo mismo no entiendo. Eso de
las pelotas, el argentinismo… Pero ruedan por la calle y corro tras ellas con
una estela de espuma colgándome del culo. Mi mujer me grita pero le da
vergüenza salir a buscarme. Los vecinos se divierten y sus carcajadas van
subiendo de tono, llenan la calle y la cocina la espuma invade todo las risas
las pelotas en la calle y se me suben al cogote con la espuma flotan y las
aplasto bajo la lengua y siento cómo resbalan y me envuelven y quieren huir
porque se van, doctor, y fíjese últimamente he notado, ¿usted entiende verdad?
la gelatina de las piernas hace agua y es entonces cuando vengo al espejo, doc,
a ver si ahí siguen o si salieron y rebotan por los mosaicos o se van
saltando ¿usted entiende, es cierto? Usted
las ve. ¿No siente que le suben a la garganta?
Muy bueno, me recordó un poco "El caso del señor moneda" de Luquín -espero que sea así el títuño. Me cagué de la risa boludo. Buena entrada
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